domingo, 16 de octubre de 2011

El secreto del alto rendimiento y la satisfacción es la necesidad profundamente humana de dirigir nuestras vidas.

Buenas noches a todos,
Visto que mi último blog ha sido del interés de muchos de vosotros, seguiré profundizando en el sentido de la resilencia en directivos, empresarios y emprendedores.
Tal como he comentado en mi blog anterior la gestión de la energía es más importante que la gestión del tiempo, y estos es un tema relevante que los líderes de hoy deben entender para estructurar sus trabajo y el de los demás
Los seres humanos tenemos necesidades energéticas muy complejas y diferentes. Existen de modo breve y resumido cuatro tipos de energías:
• La energía física que representa su cantidad de energía. Tiene cuatro componentes: nutrición, estado físico, sueño ( de 7 a 8 horas) y renovación
• La energía emocional que representa la calidad de nuestra energía. Cuando nos sentimos comprometidos con algo, ilusionados y optimistas es cuando más rendimos.
• La energía mental que representa el foco de nuestra energía. Somos seres secuenciales, más productivos cuando dedicamos nuestra atención a una cosa cada vez sin interrupción ( pensemos en el mail, en las llamadas teléfonicas o en los mensajes de textos continuos )
• La energía espiritual que es la energía del propósito. Cuando sentimos verdadera pasión por lo que estamos haciendo, le dedicamos más energía.

Muchas veces me preguntan cómo sabemos si estamos utilizando al máximo nuestra energía. O mejor aún si realmente estamos haciendo lo mejor con ella.
Y mi respuesta siempre es la misma: Los seres humanos tenemos ritmos. Me gusta hablar del ritmo y frecuencia… y de lo importante de establecer un ritmo metódico que nos permita enfocarnos en una dirección clara para no tener la sensación de estar dispersos y sentir que el tiempo se nos escapa de las manos y que tenemos menos energía de la que quisiéramos o necesitamos.
Algo que es importante saber es que nos encontramos mejor cuando gastamos y renovamos energía. Esencialmente trabajamos mejor en intervalos de 90 minutos, de forma que incorporar este patrón en nuestra rutina nos ayuda a funcionar de forma más natural.
Y varios trabajos de investigación han puesto al descubierto que las personas con alto rendimiento en diversos campos, como la literatura, la música, la escritura alternan estos períodos de 90 minutos de trabajo y concentración intensos con períodos de recuperación de energía.
Aquellas personas que no gestionan efectivamente su energía o hacen del trabajo el núcleo central de su vida, hasta el punto de desdeñar otras actividades y de no ser capaces de tener otros intereses se denominan workaholics y no son capaces de tomarse tiempo libre porque en seguida la falta de actividades les genera insatisfacción y agobio.
Por tanto, para un workaholics el trabajo es el único objeto de su vida, ya que muestra desinterés por otros ámbitos que no sea su trabajo y porque es incapaz de dejar de trabajar.
La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actitud laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o en vacaciones), por la dedicación excesiva en tiempo (hay una pérdida del control sobre el tiempo invertido en la actividad laboral), por la compulsión y esfuerzo en el trabajo, por el desinterés hacia otras actividades fuera de lo laboral, por una implicación laboral desproporcionada, y por un deterioro de la vida cotidiana (familiar y social).
Aunque no existe una definición común sobre la adicción al trabajo, se podría decir que el adicto al trabajo dedica de una gran parte del tiempo a las actividades laborales con consecuencias negativas a nivel familiar, social y de ocio, que piensa constantemente en el trabajo cuando no se está trabajando y que trabaja más allá de lo que razonablemente se espera (Scott, Moore y Micelli, 1997) y que trabaja un mayor número de horas que los trabajadores normales, ya que le satisface el trabajo en sí mismo (Machlowitz, 1980).
Así que sacar el mejor provechos del tiempo que dedicamos a nuestra actividad profesional concentrando nuestra en energía en una sola actividad principal por vez y evitar interrupciones como contestar mensajes por email es fundamental para poder optimizar nuestra energía personal. Una interrupción de este tipo aumenta el tiempo necesario que necesitamos para terminar una tarea en 25 minutos debido al tiempo que nuestro cerebro necesita para volver a concentrarse.
Cuando quieras analizar tu presupuesto de energía personal Schwartz tiene una auditoría de la energía en www.theEnergyProject.com Dedícale cinco minutos para evaluar tu energía y obtener algunas ideas o sugerencias concretas sobre cómo incrementarla.
Y sino simplemente haz el ejercicio que solemos hacer los coaches y es el de analizar tu vida desde un enfoque general: hogar, ocio, desarrollo profesional, salud, dinero, crecimiento personal, amigos, familia, amor/pareja, ocio . Y reflexiona si tienes equilibrio entre las partes o algunas partes están financiando que las otras áreas tenga un exceso de “actividad”
Hasta aquí por hoy amigos.
Espero vuestros comentarios, y hasta el próximo blog!
Buena semana para todos, Lorena

1 comentario:

  1. Muy interesante. El concepto de Resilencia, para mi, es totalmente nuevo. Bueno, no así su significado, que de alguna manera, son conocimientos que uno tiene o están en el apartado de intuición y no les has puesto nombre. Creo que así és.

    La gestión que hacemos de nuestro tiempo es importantísima, hasta el punto que a mi, por ejemplo, a veces me llega a preocupar sumamente. Tengo la sensación que lo gestiono mal, o que soy poco eficaz, y a veces, hasta me siento culpable por ello. Aquí también entra el factor de asumir demasiados objetivos, quitarles importancia en el momento que te los planteas... y eso suele suceder también en las empresas. Cuantos de nosotros no hemos tenido que asumir timings irrealizables por qué los directivos asumen responsabilidades sin la necesaria reflexión, en ocasiones fruto de su arrogancia sobre otro directivo al que estan marcando el territorio. Y todo encima de la mesa, en una reunión, sin pisar el terreno y “menospreciando”, casi siempre, la dificultad del proyecto. Esto luego pasa al equipo que debe realizarlo, que es el que paga el pato. Pero todo esto sería otro problema, verdad?

    En cuanto a los enfermos de trabajo... los que dedican toda su energía al trabajo.... todos conocemos a alguien así, verdad? Quién no conoce un jefe, un Directivo de empresa así. Los hay que llevan tooooda la vida viviendo a este ritmo, y siendo relativamente eficaces, aunque seguro, seguríssimo que sacan muy baja nota en todo lo demás... como padres, como maridos, y evidentementen no tienen ninguna otra afición por qué ninguna les llena. Fines de semana y vacaciones se los pasan conectados... y a veces, llamando para joder, a los demás jejejee Són auténticas piezas de museo, que no encuentran la hora de volver a casa... casi siempre más tarde de las 21h. Si les comentas lo de gestionar cada 90’ de trabajo efectivo, estallarían en sonora carcajada ... la mayoría autodidáctas... además menosprecian la formación... otro tic de estos ejemplares (voy abriendo frentes).

    Creo que lo de la gestión del tiempo, y en concreto la del tiempo efectivo de eficacia, cada 90’ me puede ayudar a ser más eficaz y gestionarme mejor. Me lo aplicaré.

    Gracias, Lorena

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