viernes, 25 de noviembre de 2011

"Proactividad personal: gestionar inteligentemente momentos de cambios e incertidumbre"

Hace muchos años, mi abuelo cuando era pequeña me enseñó una gran lección cuando me dijo:

“Nieta, la mayoría de la gente se deja “llevar”, nunca toman las medidas necesarias ...
Y este mundo premia tarde o temprano a las personas que hacen que las cosas sucedan….”

Y desde entonces me he estado convenciendo de que muchos de nosotros estamos permanentemente en un estado de “latencia pasiva angustiante”.
Este es un concepto que me he inventado hace poco tiempo, y que significa vivir constantemente esperando que suceda algo o que alguien se haga cargo de nosotros.
Y espero que estéis listo para leer una mala noticia:

No ocurrirá nada maravilloso si tú no inicias esa maravilla por ti mismo.

Pero la buena noticia es que también es cierto que algunos de nosotros sí tomamos la iniciativa, emprendemos la acción y hacemos que las cosas sucedan.

Mi pregunta es ¿Con qué estilo te sientes más identificado?

Por experiencia profesional, puedo afirmar que las personas que toman sus propias decisiones y no se supeditan a otros o a condicionamientos externos son aquellas que han desarrollado el hábito de la proactividad. Que es el antídoto más eficaz para remediar el estado de “latencia pasiva angustiante”.
Pero la proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino también es asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
Hay un libro que leí hace tiempo atrás: “El hombre en busca de sentido”, de Vicktor Frankl, donde define la proactividad como "la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias de nuestra propia vida".
Él, un psiquiatra judío, a pesar de las terribles torturas que vivió en los campos de concentración nazi donde estuvo encerrado, nadie le pudo arrebatar su libertad interior: el decidir de qué modo le afectaría lo que le estaba pasando.
Otro libro, que muchas veces he trabajado en formaciones de management y liderazgo: “Los Siete hábitos para la gente altamente efectiva” de Steven Covey, habla de que la esencia de la persona proactiva es la capacidad para subordinar los impulsos a los valores. Para ello compara la actitud de las personas proactivas y las personas reactivas.

Las personas proactivas:
•Se mueven por valores cuidadosamente meditados y seleccionados: pueden pasar muchas cosas a su alrededor pero son dueñas de cómo quieren reaccionar ante esos estímulos.
•Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: se dedican a aquellas cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, con lo cual amplían su círculo de influencia.

Las personas reactivas:
•Se ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social... Sólo se sienten bien si su entorno está bien.
•Centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación: en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. No tienen la libertad de elegir sus propias acciones.

Y entonces me pregunto y les pregunto ¿ qué no es la proactividad?

Pues aquí hay que quitar varios mitos. La proactividad no tiene nada que ver con el activismo o la hiperactividad. Ser proactivo no significa actuar de prisa, de forma caótica y desorganizada, dejándose llevar por los impulsos del momento.
Las personas que tienen el hábito de la proactividad no son agresivas, arrogantes o insensibles, como defienden algunos tópicos, sino todo lo contrario: se mueven por valores, saben lo que necesitan y actúan en consecuencia
Las personas proactivas son aquellas que toman el liderazgo de su propia vida, que generan acciones y eligen sus propias respuestas a situaciones y circunstancias concretas.
Una persona proactiva enfrenta y resuelve con éxito los problemas y soporta las presiones con actitud positiva y demostrando que se trata de un desafío y no una dificultad; y que tiene el deseo y la capacidad de lograr que las cosas mejoren.

Así dicho, parecería que la proactividad parece un talento que no todos tenemos; y muchas veces así es, pero quienes no sean proactivos pueden tener actitudes proactivas, imitadas de aquéllas personas que, por naturaleza, responden a la descripción anterior, sin siquiera esforzarse.
Si en este momento te sientes que no eres proactivo pero te gustaría desarrollar alguna de estas actitudes para mejorar tu calidad de vida, puedes comenzar por anotar e intentar imitar algunas acciones proactivas.
Las principales cualidades de las personas proactivas son la tenacidad y la determinación.

También:
•Conocen sus fortalezas y sus debilidades
•Gestionan positivamente sus emociones y su actitud
•Manifiestan sus opiniones de forma asertiva
•Confían en sí mismas y le gusta asumir retos
•Toman la iniciativa y emprende la acción
•Actúan con decisión y determinación para alcanzar sus metas
•Afrontan positivamente el cambio y la incertidumbre
•Transforman los problemas en oportunidades
•Son perseverantes; no abandonan a la primera de cambio
•Están dispuestas a cambiar el rumbo de la acción hasta alcanzar los resultados que desea
•Asumen sus fracasos y los consideran como oportunidades de aprendizaje
•Generan nuevas ideas y estrategias para resolver los problemas y las dificultades
•Son inconformistas, desafían lo convencional y anticipan futuros escenarios


Las personas proactivas no temen a los cambios, todo lo contrario, muchas veces son quienes los impulsan, entonces, dejan de temer a la incertidumbre, la novedad y el cambio y sacan partido de ellos.

Es mejor tomar consciencia de que el cambio será continuo, que ese escenario de “control y seguridad” es imaginario y que lo mejor es estar preparado interiormente evitando las nostalgias que nos impiden readaptarnos a las nuevas realidades. Siendos flexible, admitiendo que las cosas pueden ser un poco o totalmente diferentes y que podamos formar parte del cambio, gracias a un enfoque positivo es una manera de aprender a gestionar entornos de incertidumbre y de cambio permanente.

Una vez que estamos en movimiento y consiguimos los primeros objetivos, esos pequeños logros serán los más grandes motivadores para continuar en acción o corregir el rumbo si acaso no logramos los resultados esperados.

Esto es todo por hoy ...

Y como siempre, les deseo un fin de semana maravilloso … y espero vuestros comentarios!

Lorena

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